lunes, 7 de noviembre de 2011

El sentido evangélico de la libertad cristiana

EL SENTIDO EVANGÉLICO DE LA LIBERTAD

¿Por qué el tema de la “Libertad”?

El don más grande que hemos recibido de Dios después de la vida y de la capacidad de amarle, es el don de “la libertad”. El Señor es tan bueno que no quiso darnos la capacidad de amarle sin darnos además, la libertad.

Así pues, si nosotros fuéramos capaces de amar a Dios, pero no fuéramos libres para hacerlo, entonces seríamos como meras marionetas en las manos de Dios, es decir, tendríamos que amar a Dios pero no por una libre elección.

Esta libre elección aparece claramente ya al inicio de la Biblia en el libro del Génesis, capítulo 2, 16 – 17:

“Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio”

El árbol de la ciencia del bien y del mal, es la figura patente de la posibilidad de elección del hombre, es decir, su libertad.

Si el hombre no hubiera tenido la posibilidad de escoger entre obedecer o no obedecer el mandato de Dios, le hubiera servido siempre no por amor de libre elección, sino simplemente por no existir otra opción.

De esta forma pues, el pecado entra en el mundo por un acto libre del hombre. Pero así como el pecado es consecuencia de un mal uso de la libertad, así también, la Gracia de Dios hace su entrada en el mundo en la Persona de Cristo por una libre decisión de una persona, por una libre decisión de la Santísima Virgen María. Dice el evangelio de san Lucas al final del texto de la Anunciación estas palabras:

“Dijo María: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38)

Este Fiat, este sí de la Virgen María contiene en sí mismo el verdadero significado de la libertad, el sentido evangélico de la libertad cristiana.

¡Qué grande es esa expresión de María!: “He aquí la esclava del Señor”, ella libremente se hace a sí misma la esclava, la sierva del Señor; y lo más importante: lo hace por amor, esa es la auténtica libertad cristiana.